Hace un tiempo llegó a nuestras
manos la propuesta en temáticas de derechos humanos del comando de la
presidenta Michel Bachelet. Luego de leer y estudiar este documento, hemos decidido
manifestar nuestra opinión en la materia.
La última encuesta de derechos
humanos de INDH revela que la sociedad chilena está pasando por un cambio
importante: los derechos humanos se asocian más a la salud, la previsión, la
educación y el medio ambiente, y no tanto a las violaciones a los derechos
humanos durante la dictadura militar. Es evidente que este giro es una consecuencia
del impacto que han tenido los movimientos sociales en nuestro imaginario
colectivo. Creemos que el gobierno hará bien en percatarse de este
cambio.
El pueblo, hastiado del sistema,
se ha alzado pidiendo justicia social, pero este grito desesperado es todavía
rudimentario e ineficiente, lo que redunda en frustración y desconfianza.
Queremos recordar nuestro pasado para no volver a repetirlo, pero las lógicas
autoritarias siguen reproduciéndose en nuestras poblaciones, en nuestras
escuelas, en nuestras familias y en nuestros trabajos. Queremos lograr grandes
cosas pero nos cuesta expresarnos pacíficamente, creando una constante tensión
con las fuerzas de orden. ¡¿Acaso no aprendimos del pasado?!…
Es urgente crear vías
democráticas, institucionales y legitimadas que encausen la efervescencia
social. En este sentido, consideramos que es un acierto del comando de Bachelet
decir que los derechos humanos deben ser un fundamento principal y eje
articulador del estado. Pero nos preocupan varias dimensiones de esta
propuesta.
El programa de Bachelet considera
una serie de propuestas sobre temáticas de derechos humanos, pero estas se
encuentras desarticuladas, si de verdad queremos que los derechos humanos sean
un “eje articulador” es imprescindible crear una institucionalidad que permita
coordinar dichas propuestas en forma coherente.
El programa también considera que es labor del gobierno asumir
esta responsabilidad, pero los organismos de derechos humanos deben tener la
autonomía suficiente para observar, orientar, y criticar el trabajo del
gobierno de turno. Además la lógica administrativa del estado es vertical, en
cambio la lógica de los organismos de derechos humanos debe ser lo más
horizontal y participativa posible, por lo general, funcionan con un consejo
general que coordina comisiones encargadas de distintas temáticas.
Probablemente el organismo que
mejor puede asumir esta función es el Instituto Nacional de Derechos Humanos
(INDH), pero no cuenta con suficientes recursos y atribuciones legales que le
permitan ejercer una rol preponderante. Además es necesario aumentar su
presencia en regiones y darle mayor representatividad. Idealmente debería
constituirse como un cuarto poder del estado que pueda supervigilar el
funcionamiento de la sociedad civil y el estado con el objetivo de promover los
derechos esenciales o naturales. Debería ser un complemento significativo a la función vigilante del Parlamento, los medios de comunicación y la Controlaría General de la República.
La nueva institucionalidad debería
tener atribuciones para:
. OBSERVAR. Enviar observadores a
organismos públicos, empresas, y otros espacios públicos, para investigar, registrar y sistematizar las
observaciones. Organizar consultas ciudadanas y vigilar el correcto desarrollo
de elecciones y plebiscitos.
. ORIENTAR. Emitir comunicados
públicos, ejercer medidas diplomáticas entre las distintas organizaciones
involucradas, hacer campañas, recomendar planes educativos y programas de capacitación,
presentar proyectos de ley, proponer reglamentos y protocolos, promover
reformas en el estado, entregar reconocimientos, emitir informes regulares y
otras medidas comunicativas.
. FORTALECER. Impulsar la
creación de nuevas organizaciones sociales, articularlas, entregar recursos en
forma eficiente a estas organizaciones, dar asesoría y capacitar continuamente,
organizar encuentros, colaborar en la difusión, etc.
. DEFENDER. Interponer las
acciones legales defendiendo causas solicitadas desde las bases sociales cuando
fuere procedente de conformidad con la ley. En forma similar a como lo hace un
Defensor del Pueblo.